La historia de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) se remonta a las profundas crisis humanitarias generadas por las dos guerras mundiales. La Primera Guerra Mundial (1914–1918) dejó millones de niñas, niños y adolescentes muertos, heridos y huérfanos, lo que impulsó a organizaciones como la Cruz Roja y Save the Children a crear refugios y a visibilizar la necesidad de reconocer derechos específicos para la niñez.
En 1923, Eglantyne Jebb redactó el borrador que inspiró la Declaración de Ginebra de 1924, el primer documento internacional que reconoció principios básicos para la niñez: alimentación, abrigo, atención médica, educación y protección.
Tras la devastación aún mayor de la Segunda Guerra Mundial (1939–1945), se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el propósito de mantener la paz y proteger los derechos humanos. En 1948, la ONU aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, que, aunque fundamental, no abordaba plenamente las necesidades específicas de niñas, niños y adolescentes.
En 1959, la Asamblea General adoptó la Declaración de los Derechos del Niño, que amplió principios de protección, desarrollo y bienestar. Sin embargo, al no ser vinculante, tuvo un impacto limitado.
Después de casi tres décadas de debate y trabajo conjunto entre Estados, organizaciones sociales y expertos, se consolidó un instrumento más robusto: la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la ONU el 20 de noviembre de 1989. Por primera vez, un tratado de derechos humanos reconocía integralmente los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todas las personas menores de 18 años, estableciendo también un comité de seguimiento permanente.
La Convención entró en vigor el 2 de septiembre de 1990 y hoy es el tratado de derechos humanos más ratificado del mundo, reflejo del consenso global sobre la obligación de proteger y garantizar los derechos de la niñez y la adolescencia. En Colombia se la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño se realizó 20 de noviembre de 1989, por la Asamblea General de la ONU.